Escrito hoy sin más

Me gusta este parque
tiene muchos árboles muy grandes
y en lo que cabe, aquí los pájaros
hacen su vida normal de pájaros.
Las personas que vienen a este parque
no son como yo
que en posición de loto sobre el césped
me echo a meditar
erguido con los ojos abiertos
pestañeando pocas veces.

No me es posible detener el pensamiento
no puedo desconectar de lo consciente,
lidio con preguntas que me hago a mí mismo,
con estribillos de canciones,
con voces de vendedores ambulantes,
con mi habla interior en pensamientos dialogados
construyendo la hipótesis de cómo trascender éste
mi estado larval.

La meditación está menguando, se debilita
los pensamientos están saturados, la mente está a punto de reventar.
La gente me observa, piensan que estoy loco
que soy como los que vagan lento por las calles.
Yo no soy así. Tampoco tengo la certeza de quién soy,
el aprendizaje ha desdibujado mi verdadera figura.

En este parque las personas pasean a sus perros
a uno de esos lo han soltado y se ha puesto a jugar
con su pelota de plástico que su amo le ha aventado.
Así creo que soy
alegre, solitario, convencido en que esos movimientos
son el principio y el fin de la existencia.